Tiempos de Paz
Los tiempos son
de paz suprema.
También de transformación
de los ciclos.
Los hombres hacen la guerra
pero es tiempo de paz.
Meditemos envueltos en paz,
abandonando las dudas
y contradicciones.
Dejemos los pecados
rezando de manos vacías.
En paz, sin guerra,
las ignorancias
e inconsistencias
caen.
Levantémonos
desde dentro del fuego
de la devoción divina,
sintiendo el pulsar
de la eternidad.
(del libro "Maha Gita Purusham del Bienaventurado", de Sri Maha Krishna Swami)
Las enseñanzas de Buda son de paz y amor supremos, e indican el sagrado camino del medio. Ellas se basan en la descubierta de que todo sufrimiento humano está relacionado con el dolor causado por los ciclos inmensos de nacimiento y muerte. Es posible anular esos ciclos y escapar de los sufrimientos de la vida mundana si el hombre anula en sí mismo toda influencia que el ego y la mente ejercen sobre él.
La primera causa de sufrimiento nace del deseo por cosas transitorias; la segunda causa es la falta de dominio que el hombre tiene de sí mismo; y la tercera causa es la ignorancia sobre su propia esencia.
Pero existe un camino que conduce a la serenidad, al autoconocimiento y a la perfecta paz. Conduce a la extinción de la sensación de individualidad en el hombre, que acredita poseer una personalidad, un ego, una mente.
Hay cuatro medios para adquirir dominio sobre sí mismo:
1. Impedir que surjam malas cualidades.2. Despojarse de las malas cualidades ya surgidas.3. Crear la bondad que aún no existe.4. Buscar con sinceridad la Verdad Suprema
y perseverar en su búsqueda.
Dominarse a sí miesmo es dominar el ego y la mente. La mente es predecesora de todas las actividades y percepciones. Es el más fuerte de todos los poderes sensoriales. Por sí sola ella es impura, voluble, rápida, vuela para donde quiere. Es difícil de ser vigilada y controlada por aquél que se deja dominar por sus creaciones ilusorias, ilusiones esas que dan una existencia real a la mente.
El hombre debe despertar. Abrir sus ojos y ver las cosas como ellas realmente son. Aquél que está despierto nunca más tendrá miedo de las pesadillas. Aquél que descubre que realmente no es el ego, abandona todos los deseos, egoísmos y ambiciones.
Feliz es aquél que venció todo egoísmo y alcanzó la paz, que encontró la Verdad en sí mismo y se volvió la propia Verdad.
(del libro “Verdad Suprema” de Sri Maha Krishna Swami)